viernes, 23 de octubre de 2009

Plaza libre


Hace poco visité la plaza de armas de Trujillo como turista, ya que antes, cuando vivía ahí, lo hacia como un ciudadano más que contempla y que se pasea por su ciudad.

Según me contaron, en sus inicios la plaza aparecía desolada, sin ningún monumento, hasta que en 1841 don Pedro de Mandalengoitia Sanz de Zárate donó una pileta hecha en piedra blanca que fue construida en su hacienda y obraje de Santa Cruz de Carabamba. En 1867 la pileta fue iluminada con ocho pescantes con sus respectivos faroles y se instaló una verja de fierro para protegerla.La plaza fue inaugurada el 4 de julio de 1929. Al centro de esta se encuentra el Monumento de La Libertad, esculpido por el alemán Edmundo Moeller y luego armado por Enrique Albretch.


Pude averiguar por un viejito que siempre pasa por allí, que se presto amablemente como guía, que el monumento consta de 3 cuerpos, cada uno con un significado especial:
CUERPO I:
-La Abundancia, simbolizada por la mujer que sostiene en una mano un collar y en la otra un racimo de uvas.
-La Ciencia, representada por el anciano con un joven que sostiene un libro abierto.
-El Comercio, cuyo símbolo es el hombre con una rueda dentada debajo de las piernas, y
-La Salud, expresada por el hombre que lleva una gavilla de trigo, el cordero y el niño desnudo.
CUERPO II:
-La Esclavitud, es el hombre que tiene las manos sobre el cuello.
-La Acción o la necesitad de libertad, representada por el hombre que intenta romper las cadenas.
-La Liberación, el hombre con los brazos levantados haciendo puño.
CUERPO III:
-La Juventud, representada por el hombre que está parado sobre el globo terráqueo cogiendo una antorcha.

Cuando vivía allí, aunque sea tres años, no sabia de todo lo mencionado antes. Posiblemente no me lo contaban por mi temprana edad, ya que, en esa época, no llevaba clases de historia del Perú. Lo hubiera tomado como una historia más y sin importancia que contaban los adultos, sí me lo hubiesen contado en ese entonces, porque no hubiera entendido nada. Tarde o temprano uno tiene que conocer la historia del entorno que habita. ¡Chapen su combi y salgan a conocer su ciudad!

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